Marciano
Es como me he sentido hoy frente a mis compañeros de trabajo: por primera vez en mi vida, en minoría frente a los defensores de la pena de muerte. No me lo creo, de verdad que no me lo creo. Soy incapaz de concebir que tres personas hayan defendido delante de mí que es asumible, incluso deseable, quitar la vida a un ser humano. Aquí van algunas informaciones autorizadas:
-El estudio más reciente acerca de la relación entre la pena de muerte y los índices de homicidios, elaborado para la ONU en 1988 y actualizado en el año 2002, llegaba a la siguiente conclusión: "... no es prudente aceptar la hipótesis de que la pena capital tiene un mayor poder disuasorio sobre los asesinatos que la amenaza y aplicación de la cadena perpetua, pena supuestamente inferior".
-En Canadá (...), el índice de homicidios por 100.000 habitantes descendió del nivel máximo del 3,09 alcanzado en 1975, año anterior a la abolición de la pena de muerte para el delito de asesinato, al 2,41 en 1980, y desde entonces ha descendido aún más. En 2003, 27 años después de la abolición de la pena capital, el índice de homicidios era del 1,73 por 100.000 habitantes, un 44 por ciento inferior al de 1975, y el más bajo en tres décadas.
-Desde 1973, más de 122 presos estadounidenses condenados a la pena capital escaparon a la muerte porque surgieron pruebas que demostraron que eran inocentes de los delitos por los que habían sido condenados. Hubo 6 de esos casos en 2004.
Si deseas luchar contra esta opinión inhumana y degradante, actúa.
C'est l'histoire d'une société qui tombe
et qui au fur et à mesure de sa chute
se repète sans cesse pour se rassurer:
"Jusqu'ici, tout va bien...
...Jusqu'ici, tout va bien...
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